sábado, 22 de noviembre de 2014

Recuerden que este blog no es de una sola persona, es de Boucless,Wallflower, EmeBe y Riccio.

Cuando bebo.

Recuerdo aquellos días y los veo tan lejos. Quise olvidarlos, enterrarlos en algún cajón de mi memoria. Nadie entendería salvo su igual, a un alma creativa. Para algunos es fácil olvidar pero para personas como yo, que tienen la habilidad de recordar un párrafo que les haya marcado la vida, la letra de una canción que solo oyeron una vez, todos y cada uno de los gestos de la persona amada, los comentarios de mal gusto, las sonrisas más sinceras, las miradas más tristes... El olvido es casi tan imposible como la esperanza misma.

Crecemos, cambiamos. El tiempo pasa y se nota en nuestra tez, en nuestros ojos, en nuestra piel. He cambiado mucho ¡Tanto! La niña del colegio con sus dientitos como conejo, los ojitos de perrito y el vientre abultado la siento tan lejana y sin embargo cómo duele recordarla. Recordarla a ella y lo que perdió. No obstante he aprendido a cerrarme: si no puedo olvidar, por lo menos aprender a “vivir sufriendo menos”  Me he convertido en una persona cerrada, escéptica. Pensé que dedicándome a mis pasiones intelectuales encontraría la paz que siempre he estado buscando… Y la encontré.

Pero, ¿Acaso es bueno huir del pasado? ¿Encerrarlo y nunca más hablar de eso? A estas alturas de mi vida, solo sé que no se nada. He aprendido a ser feliz con los momentos efímeros, he aprendido a disfrutar esa pequeña caricia, ese besito en la frente, las piezas de Bach, las hazañas de Mío Cid Campeador, una buena copa de vino, una buena conversación intelectual (de esas que son tan escasas, pues aparentemente nadie quiere escuchar a nadie hoy en día)


Con el paso del tiempo se desquebraja un poco de lo que antes fuimos, las experiencias que se adquieren con el paso de los años se transforman en cicatrices que ayudan a cerrarte y alejarte un poco más. Decidí evitar los recuerdos que me dolían y los convertí en pesadillas lejanas y ajenas. Cubrí mi corazón con una coraza de metal para que nada pudiera lastimarlo, atravesarlo, conmoverlo. Sin embargo al héroe Sigfrido cuando se bañó en sangre de dragón para convertir su piel en algo intraspasable, una hoja de eucalipto cayó en su espalda y evitó que esa parte fuese cubierta, ocasionándole después la muerte. Así me ocurrió a mí; cuando intenté cubrir mis sentimientos con una coraza de metal, de hierro, de bronce… Olvidé cubrir una pequeña parte. Y es por ahí, cuando bebo, que salen mis lágrimas.  

Boucless