miércoles, 17 de julio de 2013

El caballero de rojo y la princesa del lago.

Desde tiempos inmemoriales se había hablado de un lago antiguo en el que vivía una princesa, ella estaba confinada a vivir en el centro del lago, a causa de una maldición que cayo sobre el rey hace muchos años. Muchos caballeros aceptaban la propuesta del rey de liberar a su hija de aquella maldición, pero ninguno volvía con vida para contarlo.

Hasta que un día un valeroso caballero de rojo, cargando una espada inmensa y de larga envergadura (se decía que con ella mato a más de veinte dragones) fue ante el rey, aceptando su propuesta de salvarla, con la condición de casarla con el lo más pronto posible. El rey no lo dudo un instante, pensando que si era lo suficientemente honorable y habilidoso para salvarla, seria un esposo de valor. El caballero salio esa misma noche en dirección al lago. Luego de varios días llego a las cercanías del lago, notó que era muy claro, se aproximo a la orilla y mirose a si mismo en el reflejo del agua, mayor fue su sorpresa cuando su reflejo empezó a cobrar vida y levantarse de entre las aguas -el lago estaba hechizado-. El caballero en su defensa ataco, y su sombra le respondió con la misma fuerza, hizo una estocada hacia la armadura de su oponente, y este la evadió sin más. El caballero y su alter ego estuvieron combatiendo por varias horas, jamás había peleado con alguien tan intensamente, y ya se hallaba cansado. Reflexiono el caballero, y opto que rendirse seria la mejor opción, y si el caballero atacaba, el buscaría una apertura para matarle. Soltó su espada.

Se quedo atónito cuando vio que su sombra soltaba la espada también, rindiose, en efecto. Su silueta volvió a fundirse con el lago. Apenas hubo desaparecido un sendero se iluminó hacia una isla pequeña, donde se hallaba la princesa postrada, sonriente. Inmediatamente le abrazo y ella le beso cómo nunca hubo besado a un hombre.

-Oh, caballero, me has librado del hechizo, pensaste sabiamente tus acciones, pues pelear contra uno mismo en guerra solo lo destruye a uno, nunca habrá un vencedor-.

El caballero había comprendido porque su sombra se rindió, era una prueba de cuando uno debe saber rendirse, sobretodo si la pelea es con uno mismo. Llevo a la princesa en brazos de vuelta al castillo del rey. Apenas hubo llegado la noticia llego a oídos del rey antes de que llegase a sus aposentos, y ordeno que se hicieran los arreglos apenas la princesa hubiese descansado. Recibió a ambos con alegría, y al caballero le concedió su promesa, y le condecoro como "El caballero Dragón", por su sabiduría y el rojo de su armadura. Nunca olvidara el caballero esta grata lección que aquel antiguo lago le heredo.


"La guerra más difícil consiste en combatir es contra uno mismo" (Barón de Logau)




Riccio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario