miércoles, 28 de agosto de 2013

Medias derivadas.

Entre tantas funciones que dependen de una variable, entre polinomios de grados decrecientes, llegando a cero, ese numero tan definitivo, pero a la vez tan "nulo". No es tomado mucho en cuenta, pero es el eje del universo, de todo, el cero es principio, y es final también.

Ahí estaba yo, hallando transformadas, convirtiendo el tiempo en frecuencia, cuando oí a mi profesor decir que existían las "medias derivadas", que no solo se trataba de números naturales, perplejo, me quede analizando aquel termino. No lector, no te embriagaré de números ni de constantes, más si tratare de "derivar" el asunto.

 ¿Que relación hay entre el cero y aquella "media derivada"? Ninguna realmente. Un capricho de tantos, que albergo como excentricidad mía.

Ahora, olviden por un momento la derivada, y piensen en la "media". Si, la mitad, la fracción, la porción restante o sobrante que anhela ser entera, ¿no somos nosotros así? ¿fraccionarios acaso? Mi soledad puede considerarse enteramente mía, pero no es única, es compartida por muchos, por una humanidad, dividida entre todos sus habitantes, un numero bastante pequeño, a mi parecer(me evito cálculos, para no caer en lo numérica que es mi vida). Imaginen cuan pequeña es nuestra soledad, comparada con todo un universo ¿te hace sentir pequeño? Quizá lo seas, quizá todos lo somos, somos una fracción de mundo, de galaxia, de un todo, fracciones...

¿Podemos complementarnos? Puede ser, siempre y cuando halles esa otra fracción que completa la pequeña parte de "todo", que representas. No siempre será enteramente complementaria, pero siempre la puedes redondear, hacerla entera, enteramente tuya. Pero siempre redondea hacia arriba, no reduzcas a tu complemento, hazlo más grande, en la medida en que crezca ese complemento, decrecerá esa soledad de tu porción. Haras de esa media derivada, una derivada completa.

"Tú, yo, todos nosotros, podemos ser enteramente nuestros."


Riccio


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