miércoles, 24 de abril de 2013

Las relaciones humanas según Wallflower.

Las relaciones humanas son como un habitad en la naturaleza. A veces somos como leones listos para atacar, y otras veces como cebras siendo atacadas. Ser soltero y estar en una relación son, como sabemos, distintos ambientes. Parece que los que estamos en la soltería, vivimos en un mundo aparte de los que están de novios. ¿Qué tan lejos te has sentido de la ocupación que tiene un amigo o amiga con su pareja cuando están frente a ti? Ya ni te acuerdas cómo se siente estar ahí.
Tantas personas que existen en el mundo, que la mayoría de ellas siempre están pendientes de tener una relación. Ahora eso gira en torno a nosotros. Es como si tuviéramos otro ser en nuestro interior. Como si ese ser que ríe, sufre, se frustra, se pone nervioso, llora, se decepciona y tiene esperanzas por el amor fuese nuestra mitad, que se controla sola. Porque, ¿alguna vez te has enamorado de alguien que no te corresponde? Y ¿qué piensas? Cuando ya llevas tiempo estancado ahí, y te sigue ignorando, somos masoquistas y no le hacemos caso a la otra mitad, el ser racional: "Ya, olvídala, hay muchas personas ahí afuera. No es la única". Pero no le hacemos caso.
Sólo hay dos tipos de personas: las acomplejadas, y las seguras de sí mismas. Entonces, al final esto se trata de la supervivencia del más apto: una competencia de quien sobrevive a este terrible asunto y quien es más audaz en buscar el amor. Y es entonces cuando no puedo evitar preguntarme: ¿La vida de cada uno de nosotros depende de nuestra confianza? Si no somos valientes y seguros y no le hablamos a aquella persona que nos atrae, ¿estaremos botando sin darnos cuenta a quien sería nuestro esposo o esposa, padre o madre de nuestros hijos?

Wallflower.

viernes, 19 de abril de 2013

Crónicas de la niña buena, con aspiraciones al calificativo de "mala", solo por amor.

Con la niña mala, recorrí París. La vi desvanecerse tras la École Militaire, en cada Bistrot ,tras l'avenue de Tourville. La vi allí, deseando el amor que siempre tuvo y que nunca compartió, ni siquiera aún y cuando sola estuvo, detrás del tiempo, resumida a nada.

Odié a Vargas Llosa, por enseñarme el mundo que no puedo tener, que me niega mi naturaleza de persona corriente, sin sobresaltos, sin ningún rasgo que valga la pena destacar, sin esa cinturita mínima y cariñosa que alojaba a Ricardo, noche tras noche, sin hacerle saber que le quería.

La odié por su libertad, por su ímpetu de niña mala, que la arrastraban a la fuerza de la realidad y la llevaron a una podredumbre de adinerados sin carisma, sin respeto a la vida y sus dictámenes de amor. Y a él, ¿Cómo no odiarlo? Amando cada parte de su vida, de sus deditos esmirriados que lograba besar en contadas ocasiones a lo largo de treinta y cinco años de calamidades, de traducciones, de palabras robadas y repatriadas a un idioma que quizás ni le correspondía.
 Si que supo amarla, aún y cuando de chilenita, pasó a camarada en Cuba, a madame en Francia, a señorita de ingleses, a japonesa prostituida y enganchada a un hombre que jamás supo más que hacerle sufrir todos los desencantos de una vida, para volver a sus brazos. A tus brazos, Ricardito; y tú, como siempre, la recibiste una vez más, besaste sus pechitos delicados, probaste sus sexo floreciente, húmedo, delicado...La hiciste tuya, noche tras noche, en una camita chiquita, que en nada se comparaba al tamaño de tu corazón.

La amabas, si que la amabas.

Mientras te hacías inmortal en esas páginas, yo lloraba de impotencia al ver que tu amor, ese tan digno y tan despreciado por esa canalla que nunca se atrevió a plantarse frente a ti y hacerte el hombre más feliz de este y todos los mundos, jamás sería para mi. Nunca, nunca, jamás.
Que triste me sentí al terminar de sentir las páginas, tras mi tacto, entre una coraza fría y dura, sabiendo qué, después de todo, ella fue el único e irrevocable amor de tu vida, y tú, para ella, fuiste más que lo que predicó. Fuiste su felicidad, aunque ella prefería "ser tu puta, tu perrita, tu amante". ¿Que si me dolió? Claro que si, mucho más leyéndolo de ella.

Adiós, Ricardo. Quédate entre esas páginas, dejando a la niña mala seguir con sus travesuras, escurriéndose en tu cama hasta el final de los días. Síguela amando, hasta que en el desafuero, comprendas que a veces es mejor morir de a poquito, porque cuando el amor se siente, quema hasta los huesos.

Adiós, hasta que algún día, detrás de otro libro, siga comprendiendo la incomprensible trama, valga la redundancia, de las aguas verdes y mansas de un amor que no lastime, como el que me hiciste sentir en 375 páginas.

-EmeBe.

A las lectoras.

Es curioso el poder que tienen las historias. Recuerdo que desde pequeña me sentaba con las rodillas al nivel del mentón para escuchar a mi mamá relatarme cuentos cuando se iba la luz, bajo la débil y fugaz iluminación de una vela. Con el pasar de los años, después del fallecimiento de mi madre, me vi envuelta en un mundo de fantasías donde cada libro simbolizaba una nueva aventura y una nueva forma de escaparse de la realidad. 
Se puede decir que soy realmente una gran amante de los libros, hago el amor con ellos, me sumerjo hasta el fondo, vivo cada párrafo en carne propia y respiro cada línea. Estoy enamorada de las palabras, de las ideas, de las historias. Mis héroes son mis escritores, ellos me han sabido entender aun en las situaciones mas arduas y difíciles. 
El mundo de una chica que lee es muy diverso, nuestro silencio es una muestra de un análisis crítico el cual realizamos ante cada situación de la vida. A pesar de que somos soñadoras también somos objetivas, pero generalmente nos dejamos llevar por nuestras pasiones. Solemos tener una visión del mundo que se escapa de los convencionalismos sociales; nos preocupamos por pocas cosas, y con pocas cosas nos sentimos satisfechas.
El amor de una mujer que lee siempre será febrilmente apasionado, mas no desmedido. La mujer que lee quiere vivir una historia que sea digna de escribir o de narrar, nunca se conformará con menos. 
Nos gusta experimentar y somos creativas por naturaleza, vivimos la vida con intensidad y nos gustan las emociones fuertes, eso si; con tal de que cada día sea diferente al anterior.
Preferimos quedarnos en casa leyendo con un cigarrillo en la mano, a una discoteca. Claro que, habrá chicas (como yo) a las cuales les deleite bailar, sin embargo siempre preferiremos la comodidad del hogar y la soledad, con un libro como única compañía.
Al terminar un libro nos sentimos vacías por un instante, como si de pronto la soledad nos hubiese arrojado a un abismo, abismo que desaparece cuando tomamos un nuevo libro entre las manos. Libro que simboliza una nueva aventura que experimentar.

Las mujeres que leen no son extrañas, sólo son más misteriosas y más analíticas. Lo único que desean es vivir una historia parecida a las espléndidas narraciones que tantas veces han leído. Es curioso el poder que tienen las historias.

Boucless.

"-Cuéntame un cuento- te digo.
-¿Cómo lo quieres?
-Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie" -Isabel Allende. 

                                                                                        

Terminar de leer un libro es como terminar de hacer el amor en un romance clandestino; después del disfrute se avecina una gran melancolía. -Boucless.


jueves, 18 de abril de 2013

Te recuerdo.

Son bastantes los días que puedo dejar de pensar en ti; sí que lo son. No sé si es que me volví más fuerte, o tú ya no eres mi debilidad. Las canciones ya no me hacen sentir lo de antes, sólo me recuerdan lo perdido que estaba. Todos esos momentos son ahora historias, historias que tomo como experiencias y no como mi realidad. Tu rostro sólo me parece bello, pero no deseable. Si estás con alguien más, si te enamoras, sólo sentiré lo que todos sentimos con un amor del pasado. Y pues, ya no estoy enamorado de ti. Pero hoy me tomé un momento para sentir lo que sentía, para recordar todo lo que hicimos. Mientras escucho el sonido del piano en esa canción que tanto me encanta, cierro los ojos y te imagino ahí conmigo, cuando no sabíamos qué hacíamos. Pero este sentir no es para siempre, es hasta que se me pase, como cuando recuerdas un error del pasado, te atormenta, pero después te tranquilizas al mirar alrededor, y ves lo nuevo, lo inexplorado. Y eso es lo que siento, y nada más. 

Wallflower.

"El exquisito dolor de querer a alguien tan inalcanzable." - Carrie Bradshaw.

El sexo y su tabú.


¿Cuántos niveles de confianza tenemos que ir superando para poder hablar formalmente del sexo? Parte de la sociedad lo ha convertido en un tema incómodo, y entonces me pregunto: ¿Esas personas se excitan? ¿Se masturban? ¿Tienen fantasías con alguna persona que conocen o ven en la calle? La respuesta que creo correcta es que sí, el inconveniente es que a la hora de hablar en público, se cohíben.
  El sexo es parte de nuestra naturaleza, y la curiosidad parte de la naturaleza del sexo, y mucho más en la actualidad que podemos informarnos bien. Muchas personas que parecen querer aparentar que no les importa, que no se masturban, no pueden evitar la tentación de dejar por al menos unos segundos la película porno que estén pasando en televisión a la medianoche. Y sobre tocarse... ¿Cuál es el problema? Masturbarse es la acción de amarse uno mismo. De conocerse. Así fácilmente podrás saber cuál es tu orientación sexual. Y para lograr una buena masturbación, tenemos que tener, además de las ganas, esa motivación que te dio cuando, en mi caso, vi a una chica desnuda y me imaginé lo que ella y yo podríamos hacer. Es algo normal del crecimiento, y de la vida.
   Otro tabú de la sociedad son las orientaciones sexuales. Tiempo muy atrás, en la antigua Grecia, no se concebía la orientación sexual como identificador social. Se consideraba normal que un hombre adulto, que sería la masculinidad, penetrara a un joven socialmente inferior. Y si fuese al revés, sería vergonzoso. Esta homosexualidad que no tenía nombre en aquella época, se mezclaba en el arte, la guerra y la educación. Los hombres se adoraban entre sí. Y entre las mujeres, Safo (una poetisa griega), escribió numerosos poemas que describían amores entre mujeres y chicas. Vivía en Lesbos y, siendo una mujer que escribía poemas de amores apasionados por sus compañeras, se originó el término lesbianismo.
En la Edad Media, la homosexualidad se practicaba libremente y con bastante tolerancia en la mayor parte de Europa, aunque fuera considerado un pecado. Excepto en algunas partes del continente, donde existían leyes que castigaban al homosexual con la muerte. Pero después, dicho movimiento se volvió más intolerante. Las autoridades religiosas, siendo una época que valoraban demasiado a Dios, perseguía a los homosexuales a partir del siglo XII. Pero lo irónico es que, en la Iglesia, las prácticas sexuales se ejercían en la clandestinidad. Era una forma de matrimonio entre dos hombres o dos mujeres (más común entre hombres), pero bajo la apariencia de hermanamiento en Dios.
Pero después, esto fue eliminado. Los sancionaban. Y desde entonces, los homosexuales fueron perseguidos, torturados y condenados a muerte durante el resto de la Edad Media, y posteriormente, en todo el occidente cristiano. Esto causó que se escondieran.
En el Renacimiento, esta persecución se intensificó. De hecho, durante esta época se produjeron algunas de las mayores persecuciones tanto por las autoridades eclesiásticas como por las civiles en toda Europa. Pero después, en la Edad Moderna y Contemporánea, esta orientación tuvo sus primeros focos de subcultura homosexual moderna en grandes ciudades como Londres, París y Ámsterdam; tenían sus lugares específicos para la reunión. Pero este movimiento causó una reacción violenta de los estados, que intentaron controlarlo a través del terror, ejecutando a los homosexuales como escarmiento. Si quieres saber más de este suceso, investiga la masacre de 1730 en Ámsterdam.
A pesar de que Alemania penaba la homosexualidad, en Berlín había libertad, con muchos locales y clubes. Después, como muchos sabemos, vino la persecución nazi. Pero al terminar la Segunda Guerra Mundial, vino un movimiento llamado homófilo, que trataba de darle énfasis al amor y dejar de verle lo negativo. Pretendían la aceptación de los homosexuales en la sociedad. Pero esto terminó al surgir el movimiento de liberación gay a partir de 1969, que se lucha por los derechos.
   Y así como lo leen, y mucho más que me salté, la homosexualidad ha tenido un importante papel en la historia. Existe desde que existimos, prácticamente. Y actualmente, son muchos los artistas que luchan por los derechos de esta comunidad, aun cuando una gran cantidad de ellos es heterosexual. Y grandes personajes de la historia que lo fueron, como Oscar Wilde.
   Lo que más me parece irónico, es el comportamiento de la Iglesia a través de los años. Para explicar en pocas palabras lo que quiero decir, les plantearé esta teoría: "Si es un pecado las relaciones sexuales en el cristianismo, ¿por qué se considera obra de Dios la creación de dos seres, que son quienes se aparearon y fueron creando la humanidad?". Ahí se los dejo.

La sexualidad es un tema tan, pero tan complejo y extenso, que admiro a quien la estudie. La sexualidad no se trata sólo del acto sexual, tiene muchas, muchas más ramificaciones. Así que no debemos incomodarnos al hablar del sexo, pues es hasta más normal que nosotros. Y la curiosidad, parte de nuestro crecimiento, y no me refiero sólo a la pubertad, sino del crecimiento del ser humano hasta el último año de vida.

Wallflower.

miércoles, 17 de abril de 2013

Mi Venus inmaculada.

Sentía su cuerpo muy cerca del mío, sus labios ligeramente abiertos anhelando un beso, su desnudez inmaculada se mostraba ante mi como una venus perfecta y sensual. Sentía su respiración acelerarse al igual que los latidos de su corazón. Mi cuerpo caliente al igual que mi alma, la querían poseer; que fuese completamente mía. 
La tomé entre mis brazos y la besé con una pasión desesperada, sintiendo así su desnudez y su calor.
Comencé a acariciarla, no sólo acariciaba su cuerpo de musa sino también cada fragmento de su alma. También le proporcionaba besos a sus ardientes caderas, sus senos rosados, su cómodo pecho, sus piernas suaves, sus brazos delicados...
Ella me recorría con sus labios perfectos, acariciando mi espalda, mi abdomen, besándome con ternura. Ambos nos entregamos ciegamente a la locura del amor en aquella cálida noche de Diciembre y cuando pensamos que moriríamos de éxtasis y placer en aquel ritual sensual, caímos  uno al lado del otro, victimas del cansancio y del amor desesperado. 
La atraje junto a mi y me acurruqué en su pecho, inhalando su delicado aroma mientras me entregaba a los brazos de Morfeo.
Al despertar la encontré durmiendo plácidamente, delicada y adorable, bajo las mantas de seda. Cuando abrió sus ojos azules me descubrió mirándola y me sonrió; sin decir una palabra, ambos nos dimos cuenta de que era hora de volver a hacer el amor. 

Una historia sin un concreto final.


Pidió un café en aquel kiosco, y se sentó a tomarlo. Veía con cuidado para todos lados, para no aparentar que estaba desesperado por verla. No la veía desde aquel entonces. Estaba muy nervioso y emocionado. Se apretaba los dientes y la lengua. Y entonces, llegó. Tenía un olor tan espléndido y sexual, que lo excitó. Los ojos de los dos brillaban de emoción y cariño. Se abrazaron y se sentaron.
  ─¿Cómo has estado todo este tiempo?─ Le preguntó él.
  ─Muy bien, gracias. Con números volviéndome loca, ¿y tú? ─. Ella estudiaba Ingeniería en Telecomunicaciones.
  ─ Leyendo como loco─. Él Comunicación Social. Ambos rieron. Entonces se quedaron viendo, recordando lo que sucedió en aquella ambiciosa ciudad.

(Emma es una chica que conoció en Nueva York. Se conocieron de una rápida y graciosa manera. Estaban en Starbucks, y cuando ella retiró su café, se le botó encima. Como se quemó, exclamó: “Coño de la madre”. Andrés estaba a su lado, esperando que le dieran su pedido, y le preguntó: “¿Hace cuánto te viniste de Venezuela?”. Por fortuna, los dos estaban solos y con tiempo, así que siguieron hablando. La conexión fue tanta, que casi todos los días se vieron. Al igual que él, ella estaba de vacaciones.
    Después de días y noches saliendo, en el último fin de semana de ella en Nueva York, frente a la puerta del edificio donde Emma se estaba quedando, se besaron apasionadamente. La calle estaba oscura y sola, pero se sentían seguros. Ambos poco a poco se excitaron, y de pronto se encontraban en la cama. El tiempo se había detenido. Todo lo demás ya no existía. Estaban dentro de un mundo habitado sólo por ella y por él. Es impresionante cómo nosotros los apasionados olvidamos hasta el problema más grande cuando abrazamos, besamos y nos excitamos con aquel ser que queremos. No era sólo sexo, era algo más. Se sentían unidos, como hechos uno para el otro. Y pasaron una increíble noche. Al día siguiente, se vieron, se besaron y cerraron los ojos recordando lo ocurrido. Y así, otra vez excitados, volvieron a hacer el amor. Salieron a desayunar. Él la acompañó el resto de la última tarde de ella en la ciudad. Al día siguiente regresaría a Venezuela. Cuando se despidieron, se dieron un último y largo beso, y se dijeron hasta la próxima. Pero ambos pensaron algo triste, algo que no entendían pero aun así lo sintieron: que no se volverían a ver. Andrés regresó a su país el sábado de esa semana.)


Y ahí estaban, otra vez juntos. Cada uno hizo un resumen de su vida desde que se despidieron, pero ambos en realidad deseaban por saber un par de cosas… Se quedaron viendo pero de una manera diferente. No como cuando se encontraron, sino de tristeza. ¿Por qué habían detenido ese amor?
  ─ ¿Has tenido alguna relación?─ Le preguntó él, nervioso.
  ─ No, ¿y tú?─.
  ─Tampoco─.
Las miradas estaban perdidas y el silencio reinando. Entonces ella respiró profundo y fijó su mirada con delicadeza en Andrés.
  ─ ¿Por qué nos dejamos de comunicar?─.
  ─ No sé. Creo que había pensado que todo aquello fue un amor de verano, nada más─. Respondió él, después de unos segundos pensando.
  ─Yo pensé lo mismo─.
 No existía nada más, sólo los dos.
  ─ ¿Me extrañaste?─. Le preguntó Andrés.
  ─Como no tienes idea, ¿y tú a mí?─.
  ─Como no tienes idea─.
Ella bajó la mirada y sacó el teléfono de la cartera, pero no le habían mandado ningún mensaje, ni la estaban llamando. Quería esconder el rostro. Una lágrima cayó en la pantalla. Hizo como si se estuviera rascando, pero él sabía que no le picaba el ojo.

(En aquellas vacaciones, ambos se habían agregado en Facebook. Así pudieron volverse a hablar después de un año, cuando él le comentó un estado. Siguieron hablando en privado, y coincidieron un lugar y hora para verse. Esto pasó este mismo día.)

  ─Bueno, ¿y qué piensas hacer cuando te gradúes?─. Preguntó él, cambiando el tema. Y siguieron hablando hasta que se hicieron las seis de la tarde. Se despidieron, y cada uno regresó a su casa con el corazón dando brincos. Se volverían a ver la semana entrante.
Wallflower.

Escribirte.

Decidí escribirte, a pesar de que hoy en día las palabras valen poco y nuestra dignidad se compra con facilidad. Esa dignidad que en un momento dado es lo único que nos queda.
Decidí escribirte, aunque te siento distante y no puedo tocarte, ni besarte, ni tenerte entre mis brazos, aunque el olvido destruya todo lo que alguna vez hemos sentido.

Decidí escribirte, porque dicen que las palabras tienen ese don de hacernos volar. Quizás escribiéndote yo pueda volar hacia ti y así, como tanto lo deseo, besar cada centímetro de tu piel y cuidar cada pedacito de tu ser.

Boucless.

Algo sobre mí.

Si yo tuviese una imagen de esa llamada "descripción gráfica", de mí, sería una explosión de colores, pensamientos, ideales, etc. Tantas cosas pasan por mi mente, que la consecuencia es ser incomprendido... por mi mismo; y, por supuesto, por los demás. Cuidado con malinterpretar mis escritos, sólo son esfuerzos de plasmar lo que pienso y siento. No me juzgues si piensas diferentes, sólo comprende, y yo sé que lo harás. En mí encontrarás un amigo lleno de amor y sensibilidad, pero a la vez fuerte, y mucho más con mi forma de ser y pensar. Defenderé mis principios respetando los de los demás, y con eso trataré de ayudarte si tienes algún problema y recurres a mí y mis experiencias para darte apoyo.
   Fíjate en el cielo, en las hojas de los árboles (las que aún se mantienen unidas a la rama y las que ya están caídas, de esas que haces crujir a veces sin darte cuenta), en el césped, en el Sol, en la Luna, en el mar, en la arena, en toda la naturaleza, y encontrarás una compañía tan tranquila, tan callada para escucharte. El aire pasará a través de ti dándote respuesta, y tú entenderás. Eso es lo que yo hago a veces, cuando la recuerdo. Cuando recuerdo que, después de los problemas, las lágrimas, de haber tirado no sé qué al piso, existe la naturaleza. Entonces me asomo por la ventana, la veo, respiro, y ya estoy mejor. No sé exactamente por que te estoy contando esto, sólo se me ocurrió. Y a veces, parece que ni yo mismo sé lo que estoy escribiendo. Es como si mis dedos se movieran por el teclado, escribiendo cada palabra que se me pasa por la mente. Y a veces, o casi siempre, ese es mí problema... Que ni yo mismo soy consciente de lo que pienso, y menos todavía, de lo que hago y pasa a mi alrededor. Cometo sin querer un grave error: No participo en el presente por estar consumiéndome en mis pensamientos. Y eso no debe ser.
   Así que espero que yo, y mi amiga Boucless, te podamos hacer reír, llorar, enseñar, pensar y dudar. Dudar... Si no existe la duda, no llegaremos a saber completamente lo que debemos y/o queremos saber.

Espero que hayas entendido tanta palabrería. Como dije, fue una parte de mí que quise compartir. Y espero que disfrutes de este blog.

Wallflower.

Una historia que inventar.

Estábamos sentados en una sencilla cafetería de Caracas, de esas en las que las mesas se encuentran ubicadas al aire libre y debes pagar primero antes de pedir la orden. Me miraba con curiosidad y anhelo, esperando impaciente una respuesta.
-¿y sobre qué piensas escribir? -Me preguntó.
-No tengo ni la menor idea, las palabras no están del todo claras en mi cabeza.- Respondí exhalando el humo del cigarrillo y tomando un sorbo de café.
-¿Y por qué habrían de estar claras?- Me contestó, y sonriendo con picardía agregó-atrévete a escribir lo que nunca te atreverías a decir.

Boucless. 

Querido amigo,

Te escribimos porque ella dijo que escuchas y comprendes y no intentaste acostarte con aquella persona en esa fiesta aunque hubieras podido hacerlo. Por favor, no intentes descubrir quién es ella porque entonces podrías descubrir quiénes somos nosotros, y la verdad es que no queremos que lo hagas. No pretendemos nada malo con esto. En serio. Solo necesitamos saber que alguien ahí afuera escucha y comprende y no intenta acostarse con la gente aun pudiendo hacerlo. Necesitamos saber que existe alguien así.
Creemos que tú lo comprenderías mejor que nadie porque creemos que eres más consciente que los demás y aprecias lo que la vida significa. Al menos, eso esperamos.


Con amor siempre,
Boucless y Wallflower.