Es curioso el poder que tienen las historias. Recuerdo que desde pequeña me sentaba con las rodillas al nivel del mentón para escuchar a mi mamá relatarme cuentos cuando se iba la luz, bajo la débil y fugaz iluminación de una vela. Con el pasar de los años, después del fallecimiento de mi madre, me vi envuelta en un mundo de fantasías donde cada libro simbolizaba una nueva aventura y una nueva forma de escaparse de la realidad.
Se puede decir que soy realmente una gran amante de los libros, hago el amor con ellos, me sumerjo hasta el fondo, vivo cada párrafo en carne propia y respiro cada línea. Estoy enamorada de las palabras, de las ideas, de las historias. Mis héroes son mis escritores, ellos me han sabido entender aun en las situaciones mas arduas y difíciles.
El mundo de una chica que lee es muy diverso, nuestro silencio es una muestra de un análisis crítico el cual realizamos ante cada situación de la vida. A pesar de que somos soñadoras también somos objetivas, pero generalmente nos dejamos llevar por nuestras pasiones. Solemos tener una visión del mundo que se escapa de los convencionalismos sociales; nos preocupamos por pocas cosas, y con pocas cosas nos sentimos satisfechas.
El amor de una mujer que lee siempre será febrilmente apasionado, mas no desmedido. La mujer que lee quiere vivir una historia que sea digna de escribir o de narrar, nunca se conformará con menos.
Nos gusta experimentar y somos creativas por naturaleza, vivimos la vida con intensidad y nos gustan las emociones fuertes, eso si; con tal de que cada día sea diferente al anterior.
Preferimos quedarnos en casa leyendo con un cigarrillo en la mano, a una discoteca. Claro que, habrá chicas (como yo) a las cuales les deleite bailar, sin embargo siempre preferiremos la comodidad del hogar y la soledad, con un libro como única compañía.
Al terminar un libro nos sentimos vacías por un instante, como si de pronto la soledad nos hubiese arrojado a un abismo, abismo que desaparece cuando tomamos un nuevo libro entre las manos. Libro que simboliza una nueva aventura que experimentar.
Las mujeres que leen no son extrañas, sólo son más misteriosas y más analíticas. Lo único que desean es vivir una historia parecida a las espléndidas narraciones que tantas veces han leído. Es curioso el poder que tienen las historias.
Boucless.
"-Cuéntame un cuento- te digo.
-¿Cómo lo quieres?
-Cuéntame un cuento que no le hayas contado a nadie" -Isabel Allende.
Hermoso.
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